quinta-feira, 2 de outubro de 2008

El Glaucoma, Atiéndalo y Contrólelo

El tratamiento que Paul sigue requiere la aplicación de gotas oftálmicas especiales una vez al día. “Las gotas que uso inhiben la producción de humor acuoso en el ojo”, dice. También se sometió a una intervención con láser, en la que se le practicaron unas diez perforaciones minúsculas en la parte frontal de los ojos, cerca de los canales naturales por donde el líquido se drena. “Estaba muy tenso y nervioso cuando me operaron el primer ojo, y eso aumentó las molestias —explica Paul—. Pero cuando me atendí el segundo ojo unos días después, sabía qué esperar. Me encontraba mucho más relajado, y el médico prácticamente terminó la operación antes de darme cuenta.” El tratamiento que sigue ha estabilizado su presión ocular.
Por ello, Paul tiene una actitud positiva. Dice: “El glaucoma solo me causó daños leves en las retinas y, afortunadamente, tengo intacta la visión periférica. Es muy posible que la conserve, siempre y cuando no se me olvide ponerme las gotas todos los días”.
¿Le está robando la vista este ladrón? Si nunca se ha hecho un examen de glaucoma —y sobre todo si se halla en alguno de los grupos de riesgo—, sería prudente pedirle a su médico que le haga una prueba. Como indica el doctor Goldberg, “pueden evitarse muchos de los daños que causa el glaucoma si se atiende oportuna y adecuadamente”. En efecto, usted puede detener a este ladrón de la vista.

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